¿Qué son las Comunidades Energéticas?
Las Comunidades Energéticas permiten que las personas se organicen para compartir y gestionar servicios energéticos de forma eficiente
¿Qué son las Comunidades Energéticas?
Las Comunidades Energéticas permiten que las personas se organicen para compartir y gestionar servicios energéticos de forma eficiente
Servicios que ofrecen
las Comunidades Energéticas
Descubre todos los servicios energéticos y participativos que puede ofrecer
una Comunidad Energética
Generación renovable comunitaria
Energía fotovoltaica, eólica, hidráulica, biogás o biomasa, entre otros.
Movilidad sostenible
Fomento de movilidad sostenible y compartida (coches, bicicletas, furgonetas eléctricas…).
Eficiencia
energética
Mejora de los aislamientos de edificios, electrodomésticos o
maquinaria más eficiente.
Formación
ciudadana
Aprendizaje y concienciación en cuestiones energéticas,
medioambientales y sociales.
Energía térmica
y climatización
Sistemas renovables (aerotermia, biomasa…) a partir de propuestas colectivas.
Compras
colectivas
Leña, placas fotovoltaicas, sistemas de aerotermia, calderas de biomasa, entre otros.
Suministro de energía (100%) renovable
El suministro de energía 100% renovable es uno de los principales objetivos de la Comunidad.
Emancipación
y transformación
Abandonaremos la dependencia de las grandes empresas que conforman el oligopolio energético.
¿Cómo funcionan las Comunidades Energéticas?
Las Comunidades Energéticas de la economía social son entidades jurídicas y sin ánimo de lucro a través de la cual las personas y organizaciones del territorio, públicas y privadas, se autoorganizan para producir, compartir y hacer uso de servicios energéticos renovables como energía fotovoltaica, energía térmica verde, movilidad eléctrica compartida y servicios de eficiencia energética, entre otros.
Guías y recursos sobre las Comunidades Energéticas
Consulta nuestras guías temáticas para ayudar a conocer mejor qué son las Comunidades Energéticas, sus objetivos y funcionamiento, los principales servicios y casos reales inspiradores.
Motivos de formar parte
de una Comunidad Energética
Que tu empresa forme parte de una Comunidad Energética os puede aportar muchas ventajas. Aquí te dejamos unas cuantas:
Disminuir los efectos del cambio climático
Reducimos nuestro consumo y dejamos de consumir combustibles fósiles apostando por las energías renovables, descentralizadas y en manos de la ciudadanía.
Participar de un movimiento social
No lo hagas solo/a, formar parte de un colectivo permite llegar más lejos y tener mayor impacto.
Impulsar la transición energética y descarbonizar nuestras vidas
Activar múltiples acciones energéticas como compartir placas solares, compartir vehículo eléctrico, mejorar la eficiencia energética de las viviendas, entre otras muchas.
Ahorrar dinero y ganar autonomía energética
Apostando por activar los servicios energéticos podremos ahorrar dinero y ser más independientes energéticamente.
Democratizar el acceso a la energía
Creando una cooperativa en cada municipio para producir y gestionar la energía, rompemos el oligopolio energético existente y apostamos por la descentralización.
Reforzar la economía local y social
Para hacerla más resiliente y sostenible ambiental, social y económicamente.
Motivos para formar parte de una Comunidad Energética
Ante la situación actual de cambio climático, es vital que las personas de cada municipio nos organicemos y pasemos a la acción.
Disminuir los efectos del cambio climático
Reducimos nuestro consumo y dejamos de consumir combustibles fósiles apostando por las energías renovables, descentralizadas y en manos de la ciudadanía.
Participar de un movimiento social
No lo hagas solo/a, formar parte de un colectivo permite llegar más lejos y tener mayor impacto.
Impulsar la transición energética y descarbonizar nuestras vidas
Activar múltiples acciones energéticas como compartir placas solares, compartir vehículo eléctrico, mejorar la eficiencia energética de las viviendas, entre otras muchas.
Ahorrar dinero y ganar autonomía energética
Apostando por activar los servicios energéticos podremos ahorrar dinero y ser más independientes energéticamente.
Democratizar el acceso a la energía
Creando una cooperativa en cada municipio para producir y gestionar la energía, rompemos el oligopolio energético existente y apostamos por la descentralización.
Reforzar la economía local y social
Para hacerla más resiliente y sostenible ambiental, social y económicamente.
Quién puede participar
en una Comunidad Energética?
Hay diferentes tipologías de Comunidades Energéticas: aquellas que están lideradas por vecinos y vecinas, las que impulsa la administración pública y las que ponen en marcha las empresas. Apúntate a tu Comunidad Energética.
Ciudadanía
Empresa o industria
Administración pública
¿Cómo quieres participar en la Comunidad Energética?
Súmate a la Comunidad Energética de tu municipio
Organicémonos para la transformación energética y social
Preguntas frecuentes
Hemos recogido las preguntas más habituales que nos llegan de las personas particulares que quieren formar parte de Comunidades Energéticas
Las Comunidades Energéticas son organizaciones formadas por diferentes agentes (personas, comercios, entidades, entre otros) de un mismo territorio que se agrupan de manera participativa y democrática para producir energía verde local (eléctrica, térmica…) y poder utilizar esta energía para su uso cotidiano (en casa, en el trabajo, en el coche… ). El gran valor añadido que aportan las Comunidades Energéticas de la economía social es que la propiedad de los servicios energéticos y el uso que se hace son propiedad de las personas que forma parte de ella.
Para que una Comunidad Energética sea considerada como tal es necesario que los miembros que forman parte de ella se agrupen bajo una fórmula jurídica concreta que permita la participación abierta y voluntaria de las personas socias. Por este motivo, las fórmulas jurídicas de la economía social (cooperativas y asociaciones) son figuras que se pueden adoptar y que velan por generar dinámicas que transforman la manera de producir y utilizar recursos energéticos. La propiedad de la Comunidad Energética es de las personas socias (físicas y/o jurídicas) y generan un impacto transformador de carácter social, ambiental en el territorio.
Para generar energía verde local, en función de las capacidades de los agentes y del territorio, se pueden utilizar las siguientes fuentes de producción energética:
- Energía fotovoltaica a través de instalaciones de autoconsumo colectivo. Gracias a la nueva normativa que regula la autogeneración de energías renovables, la energía eléctrica que se genere se compartirá directamente entre varios puntos de suministro en un radio de 500 metros ampliable a 2.000 metros en el caso de que se utilice exclusivamente tecnología fotovoltaica que a su vez esté ubicada completamente en una o varias cubiertas, en suelo industrial o en estructuras cuyo objetivo principal no sea la generación de electricidad. Para superar esta distancia de 500 o 2.000 metros, es necesario implementar sistemas virtuales alternativos de asignación de la energía generada más complejos y con mayores costes.
- Generación eléctrica renovable a partir de parques fotovoltaicos, energía eólica o centrales de biogás para vender la luz en la red de electricidad y disfrutar de un convenio con la empresa comercializadora que se escoja.
- Redes de calor de calentamiento generada a partir de recursos orgánicos del territorio que permiten ofrecer calefacción y agua caliente.
- Energía eólica.
Esta energía puede tener un uso doméstico, de empresas, de equipamientos municipales, de movilidad y carga de coches eléctricos, entre otros. Además, las Comunidades Energéticas pueden ofrecer servicios de asesoramiento sobre eficiencia energética, movilidad sostenible, telefonía móvil, internet compartido, formaciones y compras colectivas de productos o servicios (de energía, de instalaciones solares, de coche eléctrico, etc.).
Pueden intervenir multiplicidad de actores. Cada uno de estos actores, asumirá la función que la Comunidad Energética habrá acordado (en función del marco competencial y legal). Algunos de los principales actores que se identifican son: la ciudadanía organizada, las administraciones públicas, las empresas y organizaciones sociales y las personas individuales. La participación siempre es abierta y voluntaria.
Los beneficios de una Comunidad Energética son:
- Ambientales: se generan servicios energéticos de kilómetro cero que se producen y consumen a nivel local. Las Comunidades Energéticas contribuyen a reducir las emisiones de C02 a través de la producción de energía verde y renovable.
- Sociales: son un mecanismo para democratizar el modelo energético. Con las Comunidades Energéticas garantizamos el acceso universal a la energía, la soberanía energética del territorio y trabajamos para paliar los efectos de la pobreza energética. Por otra parte, las Comunidades Energéticas empoderan a las personas que participan, ya que son ellas las propietarias de la energía y participan en la toma de decisiones, promoviendo relaciones de vecindad que fortalecen las comunidades locales.
- Económicos: con las Comunidades Energéticas podemos reducir el importe mensual de los consumos energéticos ya la vez generar riqueza en el territorio de la propia Comunidad Energética, puesto que se apuesta por trabajar con agentes locales.
Preguntas frecuentes
Hemos recogido las preguntas más habituales que nos llegan de las personas particulares que quieren formar parte de Comunidades Energéticas
Las Comunidades Energéticas son organizaciones formadas por diferentes agentes (personas, comercios, entidades, entre otros) de un mismo territorio que se agrupan de manera participativa y democrática para producir energía verde local (eléctrica, térmica…) y poder utilizar esta energía para su uso cotidiano (en casa, en el trabajo, en el coche… ). El gran valor añadido que aportan las Comunidades Energéticas de la economía social es que la propiedad de los servicios energéticos y el uso que se hace son propiedad de las personas que forma parte de ella.
Para que una Comunidad Energética sea considerada como tal es necesario que los miembros que forman parte de ella se agrupen bajo una fórmula jurídica concreta que permita la participación abierta y voluntaria de las personas socias. Por este motivo, las fórmulas jurídicas de la economía social (cooperativas y asociaciones) son figuras que se pueden adoptar y que velan por generar dinámicas que transforman la manera de producir y utilizar recursos energéticos. La propiedad de la Comunidad Energética es de las personas socias (físicas y/o jurídicas) y generan un impacto transformador de carácter social, ambiental en el territorio.
Para generar energía verde local, en función de las capacidades de los agentes y del territorio, se pueden utilizar las siguientes fuentes de producción energética:
- Energía fotovoltaica a través de instalaciones de autoconsumo colectivo. Gracias a la nueva normativa que regula la autogeneración de energías renovables, la energía eléctrica que se genere se compartirá directamente entre varios puntos de suministro en un radio de 500 metros ampliable a 2.000 metros en el caso de que se utilice exclusivamente tecnología fotovoltaica que a su vez esté ubicada completamente en una o varias cubiertas, en suelo industrial o en estructuras cuyo objetivo principal no sea la generación de electricidad. Para superar esta distancia de 500 o 2.000 metros, es necesario implementar sistemas virtuales alternativos de asignación de la energía generada más complejos y con mayores costes.
- Generación eléctrica renovable a partir de parques fotovoltaicos, energía eólica o centrales de biogás para vender la luz en la red de electricidad y disfrutar de un convenio con la empresa comercializadora que se escoja.
- Redes de calor de calentamiento generada a partir de recursos orgánicos del territorio que permiten ofrecer calefacción y agua caliente.
- Energía eólica.
Esta energía puede tener un uso doméstico, de empresas, de equipamientos municipales, de movilidad y carga de coches eléctricos, entre otros. Además, las Comunidades Energéticas pueden ofrecer servicios de asesoramiento sobre eficiencia energética, movilidad sostenible, telefonía móvil, internet compartido, formaciones y compras colectivas de productos o servicios (de energía, de instalaciones solares, de coche eléctrico, etc.).
Pueden intervenir multiplicidad de actores. Cada uno de estos actores, asumirá la función que la Comunidad Energética habrá acordado (en función del marco competencial y legal). Algunos de los principales actores que se identifican son: la ciudadanía organizada, las administraciones públicas, las empresas y organizaciones sociales y las personas individuales. La participación siempre es abierta y voluntaria.
Los beneficios de una Comunidad Energética son:
- Ambientales: se generan servicios energéticos de kilómetro cero que se producen y consumen a nivel local. Las Comunidades Energéticas contribuyen a reducir las emisiones de C02 a través de la producción de energía verde y renovable.
- Sociales: son un mecanismo para democratizar el modelo energético. Con las Comunidades Energéticas garantizamos el acceso universal a la energía, la soberanía energética del territorio y trabajamos para paliar los efectos de la pobreza energética. Por otra parte, las Comunidades Energéticas empoderan a las personas que participan, ya que son ellas las propietarias de la energía y participan en la toma de decisiones, promoviendo relaciones de vecindad que fortalecen las comunidades locales.
- Económicos: con las Comunidades Energéticas podemos reducir el importe mensual de los consumos energéticos ya la vez generar riqueza en el territorio de la propia Comunidad Energética, puesto que se apuesta por trabajar con agentes locales.